domingo, 2 de julio de 2017

Bajamar de julio

En este momento es la bajamar de julio.
El sol del invierno asoma sin ninguna ilusión,
las noches pesan igual que un ancla.
El frío se acomoda en las esquinas y allí se queda,
el viento busca de puerta en puerta
un lugar donde entrar con eco tormentoso.
Telarañas melancólicas se apoderan
de ceniceros, sillas vacías y melodías sucias.
Las umbrías se confinan en los recodos
con la impaciencia de una imprevista cicatriz privada.
Las mañanas son de pavesa y desánimos,
las tardes guardan perfumes de espera inútil.
La sombra violeta de julio se extiende
por  lugares extraños y gente de abrigos enfundadas.
El invierno es un arma lenta y de doble filo,
una luz empapada en los ojos de una muchacha triste.


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