En
ocasiones mudas en aire, te disipas
dejando
todo sin dudarlo, aun aquello
que
no termina de perecer en tu ausencia.
En
ocasiones hueles a brotes de primavera,
perfumas
una calma inquebrantable, nueva,
con
brumas que laceran sin sentir. Sin ver.
En
ocasiones dejas hablar a tu cuerpo,
aunque
después mi boca quede mirando
despojos
de ternura que se rompen a mis pies.
En
ocasiones tu silencio retumba, inclemente,
y se
encamina hacia la tristeza, destrozando
la
salvaje apetencia de aquello que te ama.
En
ocasiones estamos infinitamente separados
por
invisibles muros, empecinados en comprender
la
incomprensible realidad de ser nosotros.
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