sábado, 1 de julio de 2017

Pienso que vivo

Con un sonido leve los dedos de tu pie desnudo
ensayan bajo las tibias sábanas el ultraje de mi sueño.
Suaves guerreros, impasibles, me circulan cual amantes,
templando lentamente la naturaleza de la sangre.
Picotean las piernas  y, con vehemencia, dejan su huella
con vagabundas ansias tercas y viva presencia.
En medio del silencio su roce suena a desorden epidérmico,
a la manera de una lengua que ensaya su culto obsceno.
 En ese instante, irremediablemente, te alejas desertando intentos.
Qué silencio dejan los fríos dedos de tu pie desnudo
en su retiro indolente. En él, sueño y siento que vivo.


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