Camina
sobre un frío especialmente diseñado,
deambula
por un lugar corrompido de rincones
buscando
entre latidos su manera de subsistir
entre
inerte y casi en carne viva. Definitivamente
agrietado
por el descuido, en la frontera del olvido,
se
entierra en el ángulo muerto donde yacen,
congelados,
los cariños que se nos han perdido.
En ese medio camino donde nos queda el penúltimo aliento y seguimos... siempre seguimos.
ResponderEliminarMil besitos, Sergio.