Algún
vestíbulo guarda letargos
de
varios sentimientos ilegales,
mirando
paciente la tormenta
que
llega desde la otra vereda.
Porqué
tocar una salida lacrada,
por
donde no regresa el alivio,
si
existe el verde en el reverso
de
la nostalgia del recuerdo.
Si
una ventana ya no espera,
dejemos
que solamente hable
el
lenguaje del cuerpo.
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