Los
sábados de ayer partieron raudos,
en abominada
invitación al presente,
que se
desgrana aplazando su avance
en
parsimoniosas horas de abstracción.
Se
prorrogan las tardes del domingo
como
impreciso bosquejo sin destino,
acompañadas de
estáticas obsesiones,
que
nunca rebrotan de sus miedos.
Indigna
prolongación del sinsentido,
se
condensa en moroso transcurrir,
en
deambular conocido de tristezas
que son
infieles minutos de veneno,
y vestidos
del blanco de la ausencia,
estancos
viven los domingos por la tarde.
hola me encanta tu poesía prosa,no entiendo mucho sobre el tema...pero me ha gustado muchísimo!
ResponderEliminarun abrazo
lidia-la escriba
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