Soy callada alucinación
a veces,
caballero
amaneciendo de nuevo,
adicto a agradecimientos
agridulces.
Apenas eso. Azares
en mejor juego,
anhelo de
una libertad condicional,
caminando
sólo, para ver tú sombra
en la
alfombra roja inundada de mar.
A veces, te sigo viendo con mi otro yo,
ese, que va
en vuelo, un día cualquiera,
de una cama
extraña en los barrios bajos
a la fabula mas
apetecida de tus formas,
suturando tras
la ventana gris, perfumes
en un bar
nocturno de la ciudad fantasma
como
taciturno suicida de los sábados.
Y a veces, prefiero
tu furia en la batalla,
con rituales
entre mascaras y orquídeas
que burlan la
búsqueda del
encanto,
detrás de la
puerta por la que te asomas.
Desencuentro
y amor bailan para mí
desde el
país en que sueñan los dioses
cuando el
viento dice que tú estas aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario