En
alguna que otra madrugada,
te
pienso de vez en cuando.
Aprestando
soldaditos de plomo
para
revoluciones del corazón.
A
primera vista, veo que fracasan
en
su vano intento atolondrado,
de
regir el desván de los sueños.
Flores
caprichosas reflexionan,
a
través del ventanal de la ilusión,
sobre
la brevedad del bosque
y el
arco iris de tu ausencia.
Veterano de
aromas nocturnos,
busco tus
armas de mujer
aislado en
un pacto de silencio,
soñando un
lugar al que llegar.
Utopía de
esa voz perdida,
que en
alguna que otra aurora,
evoca que
todavía no te olvido.
Ilustración: "Siempreviva" - Paloma Loribo
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