Prográmame en los encantos de tu vida, arquitecta.
Dibújame como tu proyecto en un plano en espiral.
Abusa de cimientos que sostengan nuestro trato,
funda bases que alucinen mis apetitos y deseos.
Eleva paredes que me permitan amarte y extrañarte,
que de las pasiones que desaten tus ansias me cobijen.
Crea vigas que hagan de esto algo eterno e inolvidable,
esboza techos en los que cae la lluvia callada y fina,
bajo los cuales nuestras siluetas dibujen trazos
circulares sobre la calidez de un piso de madera.
Calcula todo con meticulosidad de primorosa artista,
repasa una y mil veces mis medidas y mis necesidades,
ajusta los detalles y corrige, borrando besos con besos,
y cuando al fin tu obra esté ya concluida, invítame
a ser quien inaugure el perfil de tu sonrisa.
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