Los amantes enclaustrados en un ánfora dorada
viven en una redundante ronda romántica,
en recíprocos regalos de un pacto perpetuo,
donde el futuro es
un pasado a reiterar.
Ocultos de las curiosas miradas indiscretas
logran llegar mil veces a las puertas del cielo,
practicando todas las acciones correctas.
Esas que se anhelan repetir ayer hoy y mañana.
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