En algún tiempo fui suave arena
agitada por vientos en sus delirios.
Inventé y gocé cándidas delicias
y de empapado almíbar disfruté.
Anduve tras misterios sacrosantos
y no hallé donde eran guardados.
Cada hora que se aleja me vuelve
ave fatigada, cansado pensamiento.
Deslumbrante pasa la ilusión primera,
lo ardiente mengua, madura el color.
La forma sucumbe al valor del fondo
y el viento acopia en una misma rama
la pasión profunda y la serena calma.
Ilustración: "Danza de los amantes" - Jacqueline Klein Texier
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