domingo, 25 de junio de 2017

Suerte atroz


Lo suyo era un formulario de simple perdedor solitario.
Siempre viviendo afuera, durmiendo en calle cualquiera.
Sus pasos lo barrían al abismo mucho antes de su bautismo,
cada día era preludio de muerte. Tan atroz era su suerte.
Decidido a poner fin a su sino, se planto en medio del camino,
Desbocado, un caballo en carrera lo esquivo por la vereda.
se desprendió un árbol de raíz y ni siquiera rozó su nariz.
Tan fatal era su estrella que nada en él hacía mella.
Resignado  vivir su triste vida dejo de lado toda partida,
abrió los brazos, miró hacia el cielo, y levantó su vuelo.

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