martes, 27 de junio de 2017

Mi voz

Se me inclina la voz
en la liturgia de tu cuello.
Junto a la frontera
difusa de tus hombros,
un ascua fugitiva
me lleva al estanque hondo
de tu tiempo.
Sencillamente fluye, se derrama,
arrastrando mi voz
por tus guijarros transparentes.
Imposible, solo,
móvil, desnudo, cruzo absorto
la verdad que te habita,
palpando secretos reinos, ocultos contornos.
¿Cómo se manejan
esas manos en lo difícil de tu breve maravilla?
Palpan cosas exactas
con los dedos aún heridos por la piel de tus labios.
Los símbolos remotos
buscan repetir mil veces la misma escena.
Será sencilla y simplemente,
el presagio de mi voz resbalando por tu cuello.


1 comentario:

  1. Predomina lo táctil sobre lo visual y auditivo. Pero seguramente también son partícipes lo sensorial del olfato y las sensaciones gustativas. Las manos forman parte del todo. Hermoso poema.

    ResponderEliminar