jueves, 17 de septiembre de 2015

Creyente místico

Cuando, callada, dices quererme te creo.
Cuando, agitada no lo dices, también te creo.
Creo en lo que sienten tus miradas profundas
y en el desenfreno con que inicias el fuego.
A la vergüenza de tus silencios le creo
y también en lo efímero de tus obsesiones.
Creo en lo sensual tus ojos ausentes
y en la curiosa crónica de tus placeres.
Ciegamente creo en tus pezones en flor
y en la vorágine con que me buscas.
Hora tras hora, sin espacio, solo en ti creo,
con la inconclusa fe del creyente místico,
convencido del milagro sorprendente
de que contigo no hay adiós posible
aun cuando sea solo yo quien lo crea.


1 comentario:

  1. Poemas como este invitan a ser leídos más de una vez. Realmente, encantador.

    ResponderEliminar