sábado, 17 de septiembre de 2016

Resaca de lo que solía ser



Los zapatos ya están en los umbrales de la agonía,
sus tacos reproducen penas de tiempos utópicos,
guarda su capellada secretos de caminos recorridos,
las suelas despegadas semejan payasos metafísicos
mostrando  en su perpetua boca la planta de ajetreados pies.
Sin cordones, síndrome de la libertad, llegan a unos pantalones
dentro de los cuales se enfundan unas piernas cansadas,
que cargan la consecuencia de la vejez y el desamparo.
Sin embargo él se está allí, dentro del roído abrigo de pana negra,
bajo la gorra que vomita al viento una encanecida languidez
que fuera cabellera allá, por aquellos mejores tiempos.
Quizás en su juventud tuvo amigos, novia y o tal vez familia,
hoy resiste la misantropía dando con migajas clases de álgebra
a las blancas palomas que le exorcizan el alma.
El peso de la tierra lo ata a un dulce delirio de alcoholes baratos,
así, la desilusión se le olvida en la alcantarilla de lo injusto.
Después de todo no es más que la resaca de lo que solía ser.

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