miércoles, 21 de septiembre de 2016

Vendaval


Desmemoriado, el cielo despierta un poco exigente,
germina una tormenta a su imagen y semejanza.
Algo pasa en las alteraciones que vibran en el aire,
un abordaje de convulsiones invade los caminos,
se esfuma la quietud humedeciendo el espacio.
Vocaliza en el poniente, con sonoridad de tenor,
un enjambre de  vendavales que acaban por llegar.
El paisaje va siendo dominado por un oscuro tremolar,
martillan reiteradas las celosías su palabra golpeada.
Dispersar hojas, ramas y papeles es un trabajo fácil
para ese estertor que se expande en la cargada atmosfera.
Ganan presencia los olores que preceden la borrasca.
Todo es un inconcluso desconsuelo que no estalla,
y de pronto reina la ofuscación del sórdido silencio.
Una calma de autorretrato esbozado y sin perfeccionar
que se quiebra en el rotundo retumbar de un trueno,
precedido de un parpadeo breve que centellea en lo hosco.
Entonces, se precipita en derrumbe ese pelotón inacabado
que habita en los nimbus y sin parar se arroja con fiereza
contra el destino insondable de la resignada tierra.

Ilustración: "Vendaval de trazos" . Flavia Mendez

1 comentario:

  1. Gracias. Eres muy gentil. por el comentario dejado en mi blog.
    Las visitas al tuyo, es porque me gusta tu estilo, me encanta como escribes y te admiro.

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