sábado, 24 de junio de 2017

Canción sin nombre

Sus ojos me volaban hacia adentro,
desnudo, me hundía en su canción.
Esa canción sin nombre, sin tiempo,
que surgía del borde de sus labios.
Como si fuera un tren sin destino
con la voz, me alejaba de su cuerpo,
naufrago de las caricias que prometía
el olor incierto de la tarde inmensa.
Me dejaba llevar por ese enigma
que velaba rostros. A veces deseaba
ser lenguaje con sólo la mirada,
volarme desde adentro. Presuroso,
dejar algún mensaje para cuando vuelva,
salir de mi, sencillamente fresco,
acariciar su cuerpo dormido y concluir
el estribillo de su canción sin nombre.




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