Ya
no está el eco de aquellas divagaciones
en
que solíamos perder madrugadas enteras.
La aventura,
de amanecernos en un paisaje
de
arrugadas sábanas blancas, se diluyó
planeando
toneladas de vacías ilusiones
que
no franquearon la frontera de lo posible.
Y
sin embargo, no todo se ha consumado.
Seguimos
con nuestras almas conectadas,
llevamos
un mundo de placer en las calmas
con
que observamos los lirios en invierno,
todavía,
solemos romper algunas reglas,
y
nos amanecemos al filo de un volcán,
comenzando
otra vez a darnos un tiempo,
para
pensar que, en estas tarde de sol,
de
esta manera, nos seguiremos queriendo.
Y todo queda en el verso final, todo es en él... Sí.
ResponderEliminarMaravilloso el blog; pensadoras y pensantes tus letras.
HERMOSO BLOG. VOY A SEGUIR HURGANDO EN ÉL.
ResponderEliminarUN ABRAZO
SONIA