El
ultimo farol que titila en la noche,
guarda
delirios de lunas prohibidas,
y
oculta extrañas figuras susurrantes,
que
huelen a traspirada aguaflorida.
Danzan
trascendiendo la somnolencia,
enfundadas
en gastadas ropas de fajina.
El porfiado
asfalto, como manto de ébano,
se
opone a roerse en la oda que las suelas,
una
y mil veces, hacen renacer en el caos
que
lo deambula, casi al alba cada día.
Pieles
en tiempos pasados bronceadas,
sacaron
minutos al arrullo musical del lecho,
para
ir por la vida buscando reconocerse
en esa
imagen de sí mismo, que son los otros,
tan
iguales y tan diferentes, en su perfecta
imperfección
de hombres falsamente nuevos.
Fueron
(y los ensayan ser) ondeantes banderas
de
utópicas revoluciones caviladas en oficinas.
Yunque
sobre el que se moldea el trabajo,
han
sido, y son, potencia muscular de la paz,
el
esfuerzo propio y la generosa solidaridad.
Madrugadores
caminantes de los mañanas,
con
un morral de paciencia, forjan el parto
en
la acera histórica de todo lo vivido
con
su mensaje silencioso de laburantes.
Muy bueno, cuánto de cierto hay en estas palabras!! Te sugiero revises la redacción delos últimos versos...Besos, Any
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