lunes, 11 de febrero de 2013

Si un día...


La partida se preludia de un largo silencio,
seguirá levitando en el aire, el oculto deseo
que la promesa imposible no sea incumplida,
que no haya separación entre los cuerpos,
y se sigan anidando utopías para mañana.
A través de los ojos, las palabras hablan,
y el fuego interno nutre la nada que espera.
El tiempo dejó de caminar y, sin embargo,
sobrevuela fugaz activando la llegada del adiós.
Garabatean en el aire manos y pañuelos,
un ahogo infinito estruja gargantas y voces.
Un tren de oscuros ojos grises bufa, silbando
el anuncio de que inicia el inventario de su viaje.
Insolentes los rieles aceleran la partida.
Entre sueño y real, la tropa parte a la guerra.
A un hombre, que no quiere ir, le faltan palabras,
y una mujer de cabellos rizado mima su panza.
Entre toda la multitud,  la pluma de un poeta soldado
borronea: si un día no me vuelves a ver…

1 comentario:

  1. Siempre es un placer leerte. Me encantó, tengo un especial gusto por los trenes y sus historias. Magda

    ResponderEliminar