La
soledad es una venus morena,
con
encantos de abismo y misterio.
Si dura,
nos agota en desconsuelo,
si
es breve, a veces, nos permite
encontrarnos
más de una vez
con
nuestra propia delicadeza,
hurgar
en los anhelos latentes,
y, tal
vez, reaparecer en la sonrisa
oculta
en el recóndito trasfondo
del lamento
de una angustia.
Oscura
diosa de los corazones,
nos
tienta por caminos exclusivos,
donde
solo a ella perteneceremos,
sin
tener agallas para algo más.
Y
sin embargo, en la soledad,
arderán
los deseos de despojarse
de
sus maléficos encantos,
dejar
de sentirnos uno sórdidos
abandonados
de todo posible destino,
para
encontrar en algún otro
una
pequeña historia que compartir.
O, quizás, para ser cómplice con algún otro de nuestro hallazgo en soledad...
ResponderEliminar... Y crecer otro poco.
QUIZÁS LA SOLEDAD NOS LLEVE A ENCONTAR AL OTRO.
ResponderEliminarO LA SOLEDAD DE SOLEDADES NOS HAGA IR EN BUSCA DE ESE OTRO.
ENIGMA CRUEL Y MISTERIOSO.
HERMOSA POESÍA, POETA.
UN ABRAZO.
SONIA
He leído muchos de tus versos, querido amigo pero este es el elegido...Besos...Any
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