lunes, 25 de febrero de 2013

Día beige

Me suena a gran resignación un día beige.
Tal vez, porque sea un naranja muy claro
color a lana cruda con su saturación débil,
sin teñir, con nostalgia de pastos y campos.
Incompleto desafío de querer ser otra cosa,
preámbulo de suéter, de jubón sin mangas.
Con espíritu y conciencia de neutro rezago,
agresivamente depresivo, deshumanizado.
Un día en retroceso a lo que antes pudo ser,
pasajero limitado de la vida, duda cansada.
Un día beige es un sueño en tardío soliloquio,
música sin memorias, pueril reclamo nihilista.
Tal vez sea por eso que nadie tiene esos días,
y solo a mí se me ocurre que puede lograr existir,
en la caravana de amaneceres, un día así.




No hay comentarios:

Publicar un comentario