Si
pudiera extrañarte,
con
un especial erotismo
únicamente
lo haría.
Imaginándote
libre,
indecentemente
bella,
guardando
en tu piel
el sabor
del durazno.
Durmiendo
ese sueño
que estraga
mi ser
como embrujo
de fuego.
Si
pudiera extrañarte,
lo haría
solitario.
en mi
habitación,
consiente
y dispuesto
de que aún
lejana,
me logres
desnudar
lo
insólito del alma,
desalojando
la fatiga
de tu
ausencia
con el
sabor de tu boca.
Pero no
puedo extrañarte,
ese es mi
castigo,
porque te
llevo alojada
en
la verdad de mis ojos,
entre
los laberintos
de
mis pensamientos,
y más
aún en el viento seco
de mi diminuta
historia.
En ese regresar
de nuevo
a
quererte siempre.
A veces las personas se instalan dentro nuestro, aunque estén ausentes...
ResponderEliminarA veces ka ausencia hace más estrecha el camaino y aunque se agote la vision nuestro corazon nos eleva y de todas formas sentimos...
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