En
donde perdí esa noche?
Recuerdo
que tus ojos cálidos
me
hurgaban, en esa odisea
de tratar
de adivinarme los enigmas.
Que
tus manos, jugando acertijos
en
la mesa, con la copa de vino,
disfrutaba
siempre en ese destino
de
las ansias guardadas en mi piel.
Evoco
que llovía y no importaba,
que
la calle se evaporaba tenue,
y
que, en algún lado, se derramaba
una
tranquila canción perdida.
Retengo
nuestros pasos en la sombra,
y los
olores a tierra mojada y pasto,
tu pícaro
cabello avanzando libre,
abandonándose
al nocturno viento.
Mi
mano retozando en un dueto,
sin
ningún candor, con tu cintura.
A
nosotros, en la ciudad borrada
en espontanea
ausencia.
Tu
cara sonrojada en la penumbra,
y tu
boca complaciente en el deseo.
Escondo
otros ineludibles secretos,
y
algunos relativos, pequeños deslices.
Pero
se me extravió el momento
e ignoro porque, no quedé en ti.
Desde
el día de ayer lo pienso ,
y
extraño despertar arropado
con tus
tiernos “buenos días”.
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