domingo, 3 de febrero de 2013

Buenos días

En donde perdí esa noche?
Recuerdo que tus ojos cálidos
me hurgaban, en esa odisea
de tratar de adivinarme los enigmas.
Que tus manos, jugando acertijos
en la mesa, con la copa de vino,
disfrutaba siempre en ese destino
de las ansias guardadas en mi piel.
Evoco que llovía y no importaba,
que la calle se evaporaba tenue,
y que, en algún lado, se derramaba
una tranquila canción perdida.
Retengo nuestros pasos en la sombra,
y los olores a tierra mojada y pasto,
tu pícaro cabello avanzando libre,
abandonándose al nocturno viento.
Mi mano retozando en un dueto,
sin ningún candor, con tu cintura.
A nosotros, en la ciudad borrada
en espontanea ausencia.
Tu cara sonrojada en la penumbra,
y tu boca complaciente en el deseo.
Escondo otros ineludibles secretos,
y algunos relativos, pequeños deslices.
Pero se me extravió el momento
e ignoro porque, no quedé en ti.
Desde el día de ayer lo pienso ,
y extraño despertar arropado
con tus tiernos “buenos días”.

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