domingo, 4 de diciembre de 2016

Mazmorra

Ahora cierro mi boca, y apretó mis dientes.
Los mismos que violentamente se reprimen
cuando tan cerca tienen el aura de tus pezones,
ese juego de simetría que deleita mis labios.
Los mismos con los que callo llamarte desde lejos
o beben el aire cálido de tu cuerpo desnudo.
Los que se esconden en tus refugios
en las neblinas del sueño o en la fiesta de tu risa.
Apretó mis dientes en el pórtico de mi boca.
Otra vez lo mismo. Encender los cigarrillos
esperando que suban las vacías
columnas de humo por la delicada materia de tu piel.
Resulta sumamente difícil seguirlas,
son fenómenos artísticos que te contornean y dibujan,
como difusos substitutos de la sangre,
te recorren como desearía hacerlo con mi lengua.
Esa, que está enjaulada en la mazmorra de mi boca.


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