viernes, 2 de diciembre de 2016

¿Porque no desearlo?



¿Por qué no desear que una vez sea en el agua?
Equilibrando escandalosamente en guijarros musgosos,
con ornamentos acuáticos rodeándonos,
en el filo de un atardecer, plácidos,
intentando forjar la fusión de todas las fusiones.
Buscando una absolución en la ablución,
despojados de arrepentimientos.
Lo suficientemente modestos como para ser adultos vacíos.
Estar entre los que se cambian el alma sin sentir culpa alguna,
enlazarnos las cinturas con dedos delgados e inocentes,
penetrarnos con sigilo colgándonos del día impúdicos  y palpables.
No decir ya basta sino hasta cuando agotados,
no pudiéramos rebasar los límites del abandono.
¿Por qué no desearlo?

1 comentario:

  1. No hay que perder las esperanzas de que los deseos sean cumplidos. Imaginación brillante.

    ResponderEliminar