jueves, 29 de diciembre de 2016

Un silencio largo

Guardo un espacio nunca habitado
en el que por un instante todo enmudece.
Tú duermes, desnuda, en la noche del verano,
en las esquinas todas las voces callan,
una sombra sacude el ardor que atenaza
con bastante paciencia sus hombros.
La música se deshilacha en alguna parte
con palabras casi impronunciables.
Pesada y húmeda se aletarga la vida
en un ritual que ninguno conoce.
Un silencio largo, pobre y discreto,
se encierra, perezosa y lentamente,
como un amigo que recibe mis adioses
y en voz baja me habita todo el espacio.


1 comentario:

  1. Hay adioses sordos, mudos y/o silenciosos, tan crueles que son capaces de carcomer corazones y devorar felicidades. Expresivo poema.

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