Su mundo se agita
del Teatro Cervantes,
allí oculta su intimidad
bajo plásticos y lonas,
recatado hogar
en pública presencia.
Cada amanecer
la proteje del tiempo,
cualquiera este sea.
Por fin se corona,
majestuosa,
con una vieja capelina
involuntaria artista
entre Cerrito y Libertad.
Su baja estatura
pasea cada día
entre ajenos transeuntes
que ignoran su presencia
cotideana y concurrente.
Tiene sus aposentos
en la secundaria entradadel Teatro Cervantes,
allí oculta su intimidad
bajo plásticos y lonas,
recatado hogar
en pública presencia.
Cada amanecer
acicala su belleza
en el gratuito espejo
de la vidriera del Anses.
Prolijamente repasala línea de sus cejas,
un imaginario colorete
vuelca en su rostro,sobre sus escasos cabellos,
coloca un viejo casco
de una peluca negra,
que tuvo mejores años.
Con un gorro de lanala proteje del tiempo,
cualquiera este sea.
Por fin se corona,
majestuosa,
con una vieja capelina
y con aire distinguido,
en el prestado espejo,
se admira la figura.
Sonriendo al mundo
sus atuendos pasea
hasta Plaza Lavalle
siete días a la semanatreinta al mes
y completa su añoinvoluntaria artista
del Teatro Cervantes
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