sábado, 28 de febrero de 2009

Cambios

Allí, justo allí
Antes había un cerro,
Con lagartijas, mastuerzos,
Gorriones, torcazas,
Espinillos, matas negras
Alguna que otra liebre,
Silvestres margaritas
Y esas flores blancas,
De las que nunca supe el nombre
Pero que alguien me dijo
Eran “tacos de reina”
Por allí solía yo andar,
A veces sabiendo,
Y otras sin saber porque.
Ahora solo ves casas,
Todas iguales, tristes,
De planes sociales,
Calles prolijas, alineadas,
Con basura y autos viejos,
Navajas, cuchillos
Y algún que otro disparo,
Hecho hacia ningún lado,
Pero siempre hiriendo a alguien.
Pulgas que cabalgan perros,
Y el sexo fácil, escondido,
Por donde no suelo andar
A veces sabiendo,
Y otras sin saber porque

Eso fue allá,
Donde una vez
Hube de estar.

En esa vuelta,
En que el río se vuelve manso,
Antes solo era orilla,
Algún que otro sauce,
Lagrimeando las totoras,
Y ese pasto amarilleado,
De inundaciones y de soles.
Por allí solía yo andar,
Con un perro bravo,
Que tenía la manía
De revolcarse en el pescado,
Que se podría al sol
Después de haberlo pescado.
Ahora está el country,
Prolijo y alambrado,
Con guardia de seguridad,
Y césped bien cortado.
Pinos, ciprés y abetos
Corrieron al sauce,
Y ya no quedan totoras
Por donde no suelo andar
A veces sabiendo,
Y otras sin saber porque.

Eso fue allá,
Donde una vez
Hube de estar.

Bajo esta ruta,
Bajando por ese sendero
Resbalé las piedras
Para meterme en el frío
Del lago con un amigo.
Debajo de un coligue,
Y con lenga haciendo leña
Nos calentamos al cobijo
De un cielo estrellado
Compartiendo vinos
Y recuerdos.
Por allí solía yo andar
Acompañado de soledades,
Buscando cardenales
O viendo bandurrias pasar.
Hoy está el asfalto,
Autos veloces,
Que pasan sin mirar,
Guarda rail por la velocidad,
La casilla del peaje
Y la del turismo oficial.
No hay ya carpas ni truchas
Para poder pescar,
Bungaloes, cabañas
Y el casino “tradicional”
Por donde no suelo andar
A veces sabiendo,
Y otras sin saber porque.

Eso fue allá,
Donde una vez
Hube de estar.

En esta calle
Había árboles,
Plátanos y fresnos,
Irregulares adoquines,
Un viejo almacenero,
Chismosas vecinas,
Un inconfundible olor
Familiarmente mío
A deseos de vivir
Siempre aquí.
Por allí solía yo andar
Creciendo despacio,
Apurando mis tiempos,
Soñando los futuros
En esos presentes
De padres y abuelos,
De escondidas y rayuelas
Y noviecitas inventadas
Escondidas en viejos zaguanes.
No estaba lúgubre
Ese techo de autopista,
Ni las luces de mercurio
Que le ponen a la noche
La luminosidad del día.
Por donde no suelo andar
A veces sabiendo,
Y otras sin saber porque.

Eso fue allá,
Donde una vez
Hube de estar.

Aquí, en este lugar,
O en uno muy semejante
Estuvo una vez
Un viejo sillón de pino,
Desencolado, manchado
De manos con tabaco
Y dedos con dulce de leche.
Donde de vez en cuando
O casi todas las tardes,
Ya ni me acuerdo
Nos sentábamos juntos
A disfrutar nuestro tiempo,
A imaginar y soñar.
Por allí solía yo andar
Hoy tenemos otro,
Cuero ecológico,
Blanco tiza o gris perlado,
Está limpio, nuevo, inmaculado
Y también tiene el hueco
De nuestros mismos cuerpos,
A veces juntos, otras separados,
Pero ya sin imaginar
Y mucho menos para soñar
Ya que por allí es
Por donde no suelo andar
A veces sabiendo,
Y otras sin saber porque

Eso fue allá,
Donde una vez
Hube de estar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario