Ni
estoy, ni me he ido.
A través de las ciclos,
viviendo otras vidas,
saboreé el extrañarte. 
Para cuando vuelvas,
bosquejaré
itinerarios
en la devorante selva
de sombra y destino,
para sentirme intenso,
como un atrapasueños
que juega ser hombre.
 
 
Se saborea el "extrañar" cuando existe el deseo y la esperanza del "regresar". El aroma de la selva suele ser inigualable. Muy bueno.
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