Ella
representa el todo,
mis
ojos la caminan
con
ofrendas de luces.
Le
hablo sin palabras,
con
temblor de pulso.
Su roce es mi música.
Tan lejano su aliento
solo estremece mi nuca.
Si consiguiera fundirme
en los rincones de su piel,
desearía poder hacerlo.
Mas tan luego recapacito,
y en mi egoísmo persevero,
si soy parte de su cuerpo,
este yo, que por ella desvela,
acabaría estando fuera.
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