sábado, 4 de abril de 2015

Momento de silencios

 Ese algo que felizmente nos envenena,
nacido de tu lujuria y fijado en mi  arena,
es mucho más que una fabula inconclusa
en íntimo derroche de almas y cuerpos.
Esos siempre breves instantes prohibidos,
aguijonean la aventura del juego litúrgico
que separa la locura de la normalidad.
A ti, en un rincón, te queman volcanes,
en mi, tu desnuda liberación me embiste,
sin palabras y con el peor de los venenos,
un alucinante e infernal deseo de siempre más.
Verdugos de logrados finales, nada modestos,
libamos el vino de los días en su propia vid,
en la espera del desplazamiento del tiempo,
para reincidir, derramando la niebla de luna,
antes que llegue otro momento de silencios.


Ilustración: s/n - Angela Lergo 

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